La cuestión de las cañas (no sólo las de cerveza) es un tema frecuente entre much@s saxofonistas. Como much@s baritonistas me lo habéis preguntado en diferentes situaciones y a mí, en su momento, también me generó muchas dudas, le he dedicado este post. Espero que mis reflexiones te sean útiles.
¿Qué nos gusta de las cañas naturales?
La lengüeta simple que hace vibrar el aire que soplamos a través de la boquilla y produce el sonido de nuestro instrumento, tradicionalmente se ha hecho de madera (de aquí que el saxofón se clasifique dentro de la familia de instrumentos de viento-madera… ¡obvio!) y, en menor medida, de otros materiales.
La gran mayoría hemos empezado a tocar el saxofón con una lengüeta extraída de una caña, normalmente de la especie “Arundo Donax”. Esta madera tan particular tiene una textura que, además, evoca algo orgánico y natural. Las cañas de madera, dependiendo del corte y de la cantidad de masa, ofrecen un rango muy amplio de cualidades sonoras y técnicas aptas para todo tipo de maneras de tocar.
Estas cañas, al ser de materia viva, requieren un cuidado especial ya que el nivel de humedad y la temperatura ambiente harán que reaccionen a nuestro soplo de una manera determinada. Hay quien no se preocupa demasiado de cuidarlas y se adapta a las características de cada caña y hay quien las guarda en recipientes determinados o incluso quien las retoca de manera que conserven su estado óptimo el máximo tiempo posible.
¿Qué nos gusta de las cañas sintéticas?
Te lo diré en una palabra: la eficacia. Al estar fabricades de polímeros tratados como el polipropileno, los factores medioambientales no condicionan su vibración. Así, puedes tocar en la calle o en otros lugares en condiciones climáticas diferentes a tu espacio habitual de estudio sin preocupaciones y obteniendo una respuesta similar.
Este tipo de lengüetas no piden la misma dedicación que las naturales. No hacen falta humidificadores ni otros productos para conservarlas en un estado óptimo y su limpieza y mantenimiento es muy simple.
Dependiendo del uso y de tu cuidado, cada caña te puede durar mucho tiempo.
Consideraciones.
¿Sale más a cuenta comprar una caja de cañas naturales que una caña sintética? Puede que sí, pero ya sabes que las 5 cañas de una caja nunca te irán de la misma manera ni que las aprovecharás todas por igual. En cambio, la caña sintética responderá siempre igual durante mucho tiempo.
¿Una caña sintética dura más que una caja de cañas naturales? El material sintético no se desgasta tan rápido. No obstante, si cuidas bien las cañas naturales (las guardas con humidificadores, haces un proceso de preparación y rodaje, las retocas, etc.), te pueden durar mucho tiempo. No obstante, piensa en que no todas las cañas te durarán lo mismo.
Mi experiencia.
Cambié definitivamente a las cañas sintéticas después de la grabación del disco DREAMLOVER en octubre de 2021. Hasta entonces, siempre había tocado con cañas naturales. Las cuidaba muy bien y siempre llevaba diferentes modelos y durezas, las “rodaba” frecuentemente, las conservaba en humidificadores, etc.
Unos días antes de la grabación, hice unos conciertos en el sur y norte de Italia y ensayos en Luxemburgo. Muy pocas de las cañas “escogidas” en casa me funcionaron bien cada sitio. La climatología tan diversa y los cambios de lugar en tan poco tiempo em hicieron sufrir bastante. Aunque la grabación fue muy bien, en volver a casa tomé la determinación de probar las cañas sintéticas.
En cierta manera, quería verificar lo que me habían dicho algunos colegas saxofonistas y clarinetistas. Al principio, era reticente porque años atrás había probado alguna caña sintética y tuve la impresión que el saxofón me sonaba a plástico. No obstante, las pruebas fueron mejor de lo que esperaba.
Supongo que la motivación tan fuerte después de aquella experiencia tan incómoda fue un punto clave. El proceso de cambio también fue fácil porque nunca quise comparar ambos tipos de cañas. Evidentemente, la textura en boca no era la misma y el sonido producido tampoco, pero poco a poco adapté el oído, la manera de soplar y la embocadura interna y ahora toco (y viajo) mucho más tranquilo. ¡Mira si me he adaptado bien, que en febrero de 2023 grabé mi disco SUITES con cañas sintéticas!
Conclusiones.
Yo estoy muy satisfecho con el cambio. Eso sí, cada uno tiene su propia morfología bucal, no sopla de la misma manera ni tiene la misma dedicación ni objetivos con el saxofón barítono. Conozco muchos partidarios tanto de un tipo de cañas como del otro e incluso quien toca con los dos. Escucha todas las opiniones y, sobre todo, pruébalas en diversidad de situaciones. No tengas pereza de probarlas y valora qué tipo de caña te va mejor según tu actividad y tu repertorio. Por suerte, en el mercado hay una gran diversidad de cañas tanto naturales como sintéticas.
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Joan Martí-Frasquier
Barcelona, mayo 2024