Hace unos años, contaba en este artículo de mi blog una experiencia con un ingeniero de la que aprendí muchísimo sobre accesorios musicales. Durante todo este tiempo, Jorge (Jordi para los amigos) Marqués ha tirado adelante un proyecto empresarial muy ambicioso e innovador relacionado con la fibra de carbono (de ahí el nombre) y el clarinete y el saxofón que merece ser más (re)conocido.
Los inicios
Como habrás podido leer en el artículo (si te lo has saltado, te recomiendo que lo leas porque quizás te haga pensar en otros temas), Jordi es una mente inquieta e inconformista. De no haber sido así, no hubiera ido avanzando y evolucionando aquel proyecto hasta convertirlo en lo que hoy en día es Carbonissimo.
Yo tuve el acierto y la suerte de estar allí en aquellos momentos iniciales y de acompañarle en todo este camino. No sabría cuantificar las horas invertidas probando sus prototipos de fibra de carbono. Como no podría ser de otra forma, los tudeles para saxofón barítono fueron sus primeros productos.
Normalmente, no todos los nuevos productos para saxofón de las grandes marcas de instrumentos llegan al barítono. Es una pena. O, según cómo se mire, una ventaja. Por ahí fue por dónde empezó todo. Como expliqué entonces, aquellos primeros prototipos estaban muy bien pero, con los años, los tudeles han mejorado muchísimo.
En todo este tiempo no he encontrado ningún material que tenga unas prestaciones acústicas tan buenas como la fibra de carbono. Ni el baño de oro ni la plata maciza ni el bronce igualan estas cualidades. Como ya sabes, el repertorio que toco habitualmente requiere una gran estabilidad del sonido en dinámicas extremas (en pppp y en ffff) y en todos los registros (desde el grave hasta el sobreagudo), por no hablaros de la proyección del sonido, la precisión de las emisiones, etc. Sí, fue un acierto total empezar por aquí.
Las abrazaderas
Las abrazaderas actualmente son el producto estrella de Carbonissimo. Muy inteligentemente y a pesar del riesgo económico, esta marca decidió desde un principio producir abrazaderas para todos los saxofones del cuarteto: soprano, alto, tenor y barítono. Al mismo tiempo amplió su gama a la familia del clarinete: desde el requinto al clarinete bajo.
El éxito de sus abrazaderas reside en la fijación con la caña. Así se evitan vibraciones residuales que entorpecen la acción del aire justo en la parte de producción del sonido. Consecuentemente, el sonido resultante es más rico tímbricamente, más proyectado, con mayor precisión en los ataques y los picados.
Como habrás visto y leído en el artículo mencionado, las abrazaderas han cambiado mucho. Jordi tomó nota de las desventajas de aquellas abrazaderas fijas y las rediseñó para poder ser usadas en un mayor número de boquillas y cañas. Yo las uso en todos los saxofones y donde más aprecio estas cualidades es en los instrumentos graves.
La fibra de carbono
Sin duda, este material tiene unas cualidades acústicas excepcionales. Cito las palabras de Jordi Marqués, que podrás leer también en la web de Carbonissimo:
La fibra de carbono es un material muy ligero que, debido a su baja densidad (1.6 g/cm3) comparada con la del latón (8.6 g/cm3), el cobre (8.9 g/cm3), la plata (10.5 g/cm3) o el oro (19.3 g/cm3), genera menos resonancias produciendo menor resistencia al soplo. A pesar de su ligereza, la fibra de carbono es un material 5 veces más resistente que el acero.
Así pues, este material ofrece unas mayores prestaciones a los accesorios para saxofón y clarinete en estos parámetros: fluidez del sonido, inmediatez en las emisiones, precisión de las articulaciones, homogeneidad en todos los registros y estabilidad en las dinámicas extremas.
Esto es justo lo que yo he encontrado desde el primer día. Esto es lo que me hace abordar un repertorio tan exigente técnicamente como “Oxyton”, “Time Fields” o “Spleen III”, sabiendo que puedo dirigir más mi energía y pensamiento a la parte interpretativa que a la parte técnica de las obras. En 2018 grabé mi disco “Made in BCN” con los primeros prototipos de abrazaderas y tudeles. Posteriormente, grabé también «Dreamlover» (2022) y «Suites. A Tribute to Bach’s Cello Suites» (2023) con sus productos de mercado y estoy más que satisfecho. No sólo van bien para el contemporáneo sino que me atrevería a decir que para todos los estilos de música.
Conclusión
Aunque en mis posts no hablo nunca de marcas, tenía ganas de explicar esta experiencia que he vivido tan de cerca. Evidentemente, te diré que no dudes en probar estos productos cuando tengas la oportunidad de hacerlo. Pueden pasar dos cosas: que no te guste al compararlo con tu set-up o que te gusten mucho. Lo que sí que es verdad es que no te dejarán indiferente.
De todas maneras, lo que más me gusta de Carbonissimo es su intrahistoria. De ahí se pueden extrapolar muchos aspectos a otros de nuestras vidas. Del gran esfuerzo que supone salir de tu zona de confort e ir adelante con tus ideas y proyectos. Sí, nadie te lo pone fácil en este mundo pero al menos tienes la satisfacción de hacer algo diferente, singular, y no seguir un mainstream que se alimenta de much@s y que beneficia a un@s poc@s. De ser un poco más dueño de tus decisiones y dejar constancia un poco más de ti mism@ a tu alrededor.
Joan Martí-Frasquier
Barcelona, julio 2024