Extracto de «Makrokosmos» (1972) de George Crumb
En los últimos años, he trabajado partituras gráficas tanto con alumnado de mi conservatorio como de talleres externos. Esta práctica es una introducción excelente a la música contemporánea y una experiencia musical muy atractiva y enriquecedora.
LAS PARTITURAS GRÁFICAS
Una partitura gráfica es la representación en texto de una obra en la que se utilizan elementos extra-musicales en lugar (o además) de las grafías convencionales.
Los elementos extra-musicales usados suelen ser muy variados y pueden ser trazos, dibujos, imágenes, colores, símbolos o cualquier otro tipo de representación gráfica. La disposición de estos elementos tendría que tener la capacidad de sugerir una interpretación musical.
Una partitura gráfica se podría entender como un punto de encuentro entre la pintura y la música. Según sus grafismos y/o notaciones, encontraremos partituras que podrían ser cuadros y cuadros que funcionarían muy bien como partituras.
Aunque en la Edad Media encontramos partituras con detalles ornamentales muy bonitos, no es hasta mediados del siglo XX que se puede hablar propiamente de partituras gráficas. Escribieron obras en partituras gráficas compositores tan reconocidos como John Cage, George Crumb, Györgi Ligeti o Karlheinz Stockhausen, entre muchos otros.
LA POESIA GRÁFICA: LOS CALIGRAMAS
En el ámbito de la literatura hay una tendencia con muchas analogías a una partitura gráfica, salvando las diferencias entre ambas artes: los caligramas. Un caligrama es un poema visual, un poema para leer y mirar. Es decir, además de su sentido literario también tiene una finalidad estética.
Las palabras se disponen creando una imagen relacionada con el poema, sin seguir obligatoriamente el orden lineal de los poemas tradicionales. Las palabras se pueden distribuir de manera estratégica o utilizar una escritura específica para reforzar el sentido del poema.
Aunque se han encontrado poemas visualmente muy bonitos en el período helenístico de la antigua Grecia, no se considera como tal hasta el período de las vanguardias y de los movimientos literarios experimentales que se dieron a principios del siglo XX. Guillaume Apollinaire fue quien le dio el nombre de caligrama (en francés, calligramme) que significa “escritura bonita”.
INTERPRETACIÓN DE UNA PARTITURA GRÁFICA
Obviamente, su interpretación requiere una preparación previa, al igual que cualquier otro tipo de partitura.
En las obras de música contemporánea con técnicas extendidas, el/la compositor(a) suele explicar el significado de las notaciones utilizadas. Pasa lo mismo con partituras con un elevado número (o su totalidad) de signos y grafías extra-musicales en una partitura gráfica. De la misma manera, el compositor también puede optar por no indicar absolutamente nada y dejarlo todo a la libre interpretación del músico.
Dependiendo del grado de precisión de las indicaciones, la interpretación de una partitura gráfica nunca será exactamente igual. Cada intérprete puede llegar a tocar una misma partitura de manera totalmente diferente a otro/a. Es más, raramente un mismo músico repetirá exactamente la misma interpretación.
Esto es debido a que las partituras gráficas permiten usar la imaginación y los recursos propios de cada intérprete. Entonces, ¿estamos trabajando un tipo de improvisación? Yo pienso que sí. Las partituras gráficas tendrían que fomentar la capacidad para expresar las emociones e ideas musicales de una manera muy subjetiva y en un momento determinado.
En mi comentario sobre QUASI UNO SPECCHIO (2020) de Isabel Benito (1981), te hablaba de las partituras gráficas. Léelo aquí.
TRAÇSONOLOGY
TRAÇSONOLOGY es un ejemplo muy ilustrativo de todo lo que te estoy explicando. Este es el título de un disco del sello valenciano Liquen Records (LRCD016, 2020). Contiene nueve composiciones, realizadas por quince compositores, improvisadores y artistas sonoros diferentes, sobre una misma partitura gráfica. Su autor es el especialista en música electrónica y vídeo-creación Adolf Murillo Ribes.
El sonido viene desnudo, despojado de cualquier tipo de connotación. Es, pues, en el proceso de vestirlo donde se carga de significado. Por esto, es importante que este sea el principio y punto de arrancada de la creación musical. Un espacio para imaginar, para sorprendernos al lado de y con los otros, para establecer conexiones y abrirse al encuentro creativo (…). La grafía contemporánea reclama al creador un acto de valentía. Es una especie de cartografía no resuelta que el artista tiene que volver a transitar (…). (Adolf Murillo, 2020)
Lee más aquí sobre el disco y escúchalo en Spotify:
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Joan Martí-Frasquier
Barcelona, marzo 2025